REDACCIÓN
En Nayarit, seis internos varones han solicitado ser trasladados a cárceles femeninas con el único argumento de “sentirse mujeres”. No hay cambio legal de género, ni evaluación psicológica, ni proceso médico.
La petición ha sido respaldada por el activista Alfredo Ramírez, quien promueve que el Estado reconozca su “derecho a convivir” con mujeres privadas de la libertad. Pero este caso abre una pregunta urgente: ¿hasta dónde puede llegar la autoidentificación cuando se trata de seguridad pública?
UN CAMINO DIRECTO AL ABUSO
Casos internacionales han demostrado que esta permisividad puede tener consecuencias graves. En Reino Unido y Estados Unidos, hombres que se identificaron como mujeres fueron ingresados a penales femeninos y terminaron abusando sexualmente de internas. Este es el modelo que promueve el dirigente de las Muñecas Tiresias en Nayarit, bajo el discurso de “inclusión”.
Esto atrajo opiniones discordantes pues señalan que las cárceles no son espacios para experimentar con ideologías. La identidad no puede ser usada como pretexto para vulnerar a otros.